La única guerra bonita Crítica Valiant Hearts

 

 

Valiant-Hearts-Walt Cuando se anunció Valiant Hearts hace unos meses en la conferencia de Ubisoft ni siquiera me llamó la atención. Recuerdo a mis compañeros volverse locos con los primeros videos del juego, al cual se le pueden achacar muchas cosas, pero cuyo apartado artístico enamora a primera vista. Por ese mismo motivo «me pedí» realizar esta crítica. Ya sabeis los que soleis oir nuestro podcast que no soy muy amigo de los indies, salvo contadas excepciones, y menos aún de los indies «de mentira» que estudios ya consagrados intentan colarnos aprovechando esta nueva moda, de ahí mi desconfianza.

Es por esto que quería comprobar de primera mano sí merecía mi desconfianza o si me estaba perdiendo una de las sorpresas de este año, ya que reconozco que me llamaba la atención su apartado gráfico, su promesa de jugabilidad diferente y una ambientación, la Primera Guerra Mundial que, precisamente no ha sido muy explotada en el universo videojuego y que este 2014 cumple su 100 aniversario desde su inicio. Una guerra  que sobra decir marcó un antes y un después en la historia moderna, donde el ser humano vió lo peor de sí mismo, sembrando la muerte y el dolor entre sus iguales. Pero al mismo tiempo fue capaz de protagonizar historias llenas de una enorme bondad y valentía. Todo esto se recoge de forma sublime en Valiant hearts.

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No cabe duda que sí algo llama la atención a primera vista del juego de Ubisoft Montpellier es su apartado artístico,del que os hablaré más adelante. Sin embargo, algo que no se ve a primera vista y que llama poderosamente la atención una vez iniciamos la aventura, es lo cuidado de su ambientación. Con un trabajo de documentación enorme, donde se ve el mimo y cuidado que se ha puesto por ser lo más exacto posible a los hechos que narra. Así, los uniformes, enseñas, armas,etc son fiel reflejo a los usados en la época, junto con las localizaciones y fechas donde tuvo lugar cada batalla , y las situaciones que viviremos que, con alguna licencia videojueguil, nos sirven para hacernos una idea de lo que debieron vivir tanto los soldados destinados en el frente cómo nuestros personajes.  Narrando magistralmente la evolución del conflicto y recogiendo cada detalle de la guerra, desde la vida en las trincheras, el uso de la devastadora artillería o las armas químicas, introduciendo los mismos en la jugabilidad, algo que personalmente me parece tan grotesco como brillante. 

La historia, o mejor dicho, las historias que nos propone el título nada tienen que ver con soldados en busca de gloria o medalla alguna. Nada de eso. Sin querer destriparos nada de su historia, os contaremos que encarnaremos a varios personajes, cada uno con su historia personal, cada uno con su propia motivación para combatir esta guerra, y eso no significa siempre coger un fusil y liarse a tiros.

Así, unos por venganza y otros por la familia, cada uno tiene un motivo para hacer frente a esta aventura en la que sus caminos se cruzarán no sólo argumentalmente, sino que tendrán que cooperar entre ellos para conseguir sus objetivos, aprovechando la ayuda y las habilidades de los demás para progresar por los diferentes niveles del juego. De este modo encarnaremos a Anna, una joven enfermera voluntaria que ayudará a los soldados en el frente, o por ejemplo, a Emile, reclutado por el ejército de francés siendo apartado de su hija al comenzar la guerra, además de otros personajes.

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Ya una vez a los mandos, vemos que Valiant Hearts es un juego de guerra pero hasta ahí. Esto es, olvidaros de pegar un sólo tiro, usar rifles de francotirador o buscar cobertura para regenerar nuestra salud. Esta vez tocará usar un arma mucho más potente, el coco. Y es que el título se aleja por completo de la acción más convencional, a pesar de tener momentos de tensión y en las que debemos reaccionar con cierta rapidez, el juego está pensado para ser jugado sin prisas, donde el jugador y su habilidad son los únicos que deciden lo rápido que avanza la historia.

Pero entonces ¿cómo se juega? Pues podríamos decir que la propuesta en el terreno jugable de Ubi sería un acercamiento que recuerda a las aventuras gráficas clásicas, con toques de juegos más recientes como pueden ser Limbo o The Cave. De esta forma nos enfrentaremos a secciones de sigilo en las que debemos burlar las patrullas enemigas, interactuar con personajes para poder avanzar, utilizar habilidades propias de cada personaje como usar una pala para poder cavar túneles o usar unas tenazas para cortar alambre y poder continuar la aventura.

También habrá situaciones en las que deberemos buscar un determinado objeto necesario para resolver un puzzle, como palancas o dinamita para, por ejemplo, volar un nido de ametralladora que nos corta el paso. Todo aderezado con puzzles marca de la casa, de dificultad moderada en los que si nos trabamos podemos decidir si queremos alguna pista que nos ayude a resolverlo, como decíamos antes muy a lo aventura gráfica clásica. Estas mecánicas se cruzan también con minijuegos como son las fases de conducción, en las que debemos sortear obstáculos a ritmo de can-can o música clásica. Dichas situaciones acaban a la larga haciendose un poquito pesadas y aunque chirríe la expresión que voy a utilizar,echamos de menos una jugabilidad un poco más hardcore, más en la línea habitual, pues tampoco hay una dificultad extrema precisamente, y es que el objetivo es claro, que todo el mundo pueda progresar, disfrutar  y acabar la aventura.

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Entramos ya en su apartado artístico. Creo que está casi de más hablar de él, pues cada imágen, cualquier simple captura de pantalla de Valiant Hearts habla por sí sola, el juego es una obra de arte con unos diseños hechos a mano con un mimo increíble. Y es que el motor Ubi Art puede ser muy bueno y muy bonito, no lo dudamos, pero detrás de cada fotograma que veremos hay, no sólo horas y horas de trabajo, sino un arte y un talento insultante que nos atrapará aunque no queramos.

Y no sólo graficamente, su apartado sonoro ( su tema principal que os pongo un poco más abajo es de lo mejor que he escuchado en los últimos tiempos) igual de cuidado, donde no encontraremos un solo tema que no se incruste perfectamente en la acción. Está claro que Valiant Hearts es un título hecho con muchísimo cariño, hecho para gustar, sí, incluso recurriendo a alguna pequeña trampa argumental que nos encogerá la patata, y es que es imposible no coger cariño a sus personajes. 

Por si esto fuera poco, tenemos un diario en el que, durante las misiones podemos leer información y curiosidades de La Gran Guerra, apoyadas en fotografías reales e incluso encontrarnos cartas escritas por los soldados desde el frente, una gozada para los fanáticos de la historia bélica.

En conclusión: Valiant Hearts es un (necesario) soplo de aire fresco y un referente, por méritos propios, desde ya mismo si hablamos de juegos que buscan hacer algo diferente de lo habitual. Una maravilla artística que podría ser perfecta para proyectar en los colegios, por su cuidada ambientación y lo bien documentado que está, una historia de esas que te llega, que afronta valiente y sin complejos un hecho histórico tan dramático como una guerra, alejandose de las habituales leyendas de héroes caídos, tan manidas y machacadas una y otra vez por Hollywood.

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Es cierto que es un juego que bien podemos ver por Youtube y ahorrarnos los 15€ que cuesta, sí, pero si creemos que los juegos son un arte, como defendemos algunos, bien merece la pena sacar billete para éste viaje, que si bien no es perfecto en una carretera aún por asfaltar, es una muestra de talento puro y duro, leyendo entre líneas una intención de algunos desarrolladores con un par de narices de demostrar, una vez más, cual es la gran carencia de este medio, que jugabilidad y guión se den la mano.

Ésta vez en mi opinión casi lo consiguen, cuando por fin veamos una jugabilidad más clásica, como la que podemos ver en los títulos triple A actuales, dándose la mano con una historia tan grande y épica como la de Valiant Hearts habremos aprobado nuestra eterna asignatura pendiente.  Disfrutar de su tema principal porque es una gozada.

 



 

 

Acerca de Miguel Galván

En mi última borrachera me atropelló un coche y me dí a la fuga. Pcero incondicional, Seguero de corazón y amante de lo retro. Soy el Final Boss de Chicocartera cuando se pone pesado con tanto indie.

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