Llamad a Liam Neeson: ¡han secuestrado mis misiones! Opinión: Destiny – En la Profunda Oscuridad

Son unas cuantas horas sobre mis espaldas patrullando la galaxia una parte del sistema solar, luchando por salvar el mundo una extraña esfera voladora gigante. Tras todo este tiempo, alzo la vista y al mirar atrás veo la rueda. Y que ha sido para mi Destiny, sino una rueda que me ha mantenido cual hámster una semana tras otra repitiendo lo mismo una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez…

Dicen que más vale tarde que nunca, y es que me alegra poder decir que desde que no estoy tan enganchado a este juego, es como si los días ahora tuvieran 30 horas. Siento haber recuperado la consciencia del pasar de las horas, una sensación parecida a perder la costumbre de salir de fiesta cada viernes y descubrir los sábados por la mañana.

Cuando se trata de valorar un juego que es un híbrido de géneros como el que nos ocupa, hay varias opciones: Valorar cada aspecto de forma separada o bien hacerlo como un conjunto. Desde mi punto de vista lo correcto siempre es valorar un producto en su totalidad, de otra forma vamos a ser injustos.

Si valoramos Destiny como shooter nos parecería que tiene pocos mapas y opciones jugables en lo que respecta al pvp. Si hablamos sobre el pve podríamos decir que la historia no hay por donde cogerla, que hay poca variedad de enemigos, o que la IA deja bastante que desear ya que los enemigos parecen atados con “correa”. Por otra parte, si analizamos su componente MMO, lo criticaremos por su falta de profundidad y sobre todo la falta de contenido que nos obliga a repetir las mismas misiones y contratos una y otra vez. Y sin embargo estamos ante un juego tremendamente adictivo.

Según la wikipedia, una adicción es «una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación debido a la satisfacción que esta causa a la persona”.  Por tanto, ¿qué es lo que nos provoca esa dependencia? ¿Qué es lo que hace a Destiny tan adictivo? Habitualmente en este tipo de juegos en los que evolucionas un personaje, el camino suele ser el mayor de los premios hasta tu objetivo, que normalmente consiste en conseguir ser un dios y poder pasearte por los mapas sin que los enemigos te hagan un rasguño o poder matarlos de un bufido.

Pero en Destiny esto no es del todo así, nuestra razón de ser y principal motivo para entrar en la rueda son las incursiones. Y es que la experiencia online que nos ofrece Bungie es inigualable, sinceramente el mejor cooperativo de lo que llevamos de generación. No hay actualmente nada parecido a juntarte con 5 amigos y adentrarte en la Cámara de Cristal. Y es en este momento cuando empezamos a entender las cientos de horas que la gente dedica. Al final, todo lo que haces, o la gran mayoría, está enfocado a mejorar tu personaje para enfrentarte a la incursión.

Ese es el leitmotiv de este juego, aquello que va a provocar que el disco no salga de tu consola.Vas a estar repitiendo ocasos, semanales, diarias, realizando contratos, maldiciendo a Xür…Y así semana tras semana hasta que veas que con el tiempo te haces más fuerte, mejoras tus armas o adquieres habilidades nuevas que estarás deseando poner práctica en la incursión. Pero ahí no queda todo, y es que cuando no estés jugando, estarás pensando en la manera de organizar tu inventario, comentando estrategias con tus compañeros y pasando casi las mismas horas fuera del juego que dentro.

Una vez has caído en las redes de Destiny es difícil liberarse, y es que un servidor cree que lo más trabajado del juego es su rutina de looteo: es realmente difícil encontrarse un guardián que esté contento con el equipo que tiene o considere que no tiene nada más que hacer. Incluso tengo la teoría (bastante probada) que, cual camello que proporciona gratuitamente la primera dosis, este juego después de algunos días sin jugar, te premia con ese rifle de francotirador con munición ilimitada que en su día no pudiste comprar a Xür o esos guantes que te hacen invisible y son casi imprescindibles para cierta fase de la nueva incursión.

Y ya que hablamos de la incursión, me pregunto el motivo por el cual han tardado un mes en liberar su versión difícil. ¿Tal vez una nueva fase? ¿Una persecución en colibrí esquivando disparos de enemigos sobre las dunas lunares, o un enfrentamiento a la altura de Atheon, que requiera una enorme dosis de coordinación y táctica? Nada de eso, un mes de espera para aumentar el nivel de los enemigos un punto por encima del cap, y en la fase final eliminar la posibilidad de curarse y situar un enemigo inmune en cierta zona del mapa para evitar una de las pocas estrategias que funcionaban. Señores de Bungie: MENUDO CHASCO.

Soy una de esas personas que suelen relacionar involuntariamente el concepto de contenido descargable con algo negativo, y es que no es la primera vez que bajo la fachada de lo que parece ser una ampliación del juego original nos encontramos con algo distinto a lo esperado, insuficiente, o que directamente al terminarlo nos da la sensación de haber pagado demasiado para lo que el producto nos ofrece.

En este caso Bungie, en un alarde de innovación, han creado un nuevo concepto: el BDLC (Blackmail Download Content). Y es que este contenido descargable “secuestra” algunas opciones jugables de manera aleatoria a los usuarios que no hayan decidido adquirirlo. Esto significa que si no tienes la expansión, cuando la misión diaria o alguna de las semanales pertenezcan a esta ampliación no podrás hacerla. Adiós a la diaria, a la semanal, al ocaso y sobretodo a las recompensas. Si eso sucede, te toca esperar que al día siguiente o la semana siguiente el azar no te golpee de nuevo dejándote sin nada que hacer. Lo más grave es que no os podéis imaginar la cantidad de veces que de manera “aleatoria” están apareciendo estas misiones las últimas semanas, algo realmente demencial.

Sin embargo si adquieres la expansión, como premio tendrás acceso a una innumerable escasa lista de nuevo contenido: cuatro misiones, dos asaltos (uno exclusivo para PS4) y tres mapas pvp. Lo genial del asunto es que los escenarios de las misiones y los asaltos son reciclados. Es gracioso que una de las nuevas misiones, como si de un juego de coches se tratase, tiene exactamente el mismo recorrido que una misión existente aunque en sentido inverso. Espero no nos sorprendan en el futuro con versiones mirror de esas misiones.

A pesar del escaso contenido, Bungie ha conseguido mantener a los guardianes en la rueda gracias a una práctica más que criticable y que ha hecho correr ríos de tinta virtual en multitud de foros. Esta práctica consiste en que para poder alcanzar el nuevo cap establecido con un arma (331 daño) o equipo excepcional (36 luz), es necesario reiniciar el progreso de dicho ítem. Esto significa que todo el tiempo invertido en mejorar tus armas o equipo no sirve de nada, tendrás que reiniciarlas y conseguir experiencia para volver a subirlas.

En definitiva, nos encontramos ante un producto con escaso contenido que ha sido alargado de forma bastante criticable y cuyo único incentivo de compra es evitar perder algo que ya tenías anteriormente. En la Profunda Oscuridad, como si de la Camorra italiana se tratase, nos ofrece pagar a cambio de una “protección” que evitará que no podamos hacer ciertas misiones y así recibir sus recompensas.

Por todo lo mencionado, sólo podría recomendar esta ampliación a los más acérrimos seguidores de Destiny. Si todavía disfrutas matando a Atheon, Phogoth, Septik Prime y compañía este DLC podrá saciar tu sed por un tiempo. Si por el contrario eres uno de esos guardianes que empiezan a estar un tanto aburridos de tanta repetición, lo siento pero esta ampliación no es la solución que buscas.